Mamá soltera: ¿Sola o solitaria?
Por:
Milenka Peña
www.milenka.org
Una de las situaciones por las que tengo un afecto especial, es el de las mamás solas. No me gusta utilizar el término de «madres solteras» pues creo que para muchos lleva una connotación negativa. Puede que en efecto algunas de ellas nunca contrajeron matrimonio, pero en muchos casos son mujeres que quedaron solas debido al abandono, separación, divorcio, maltrato, viudez o decenas de otros motivos.
Lo cierto es que, sin importar la razón, mujeres que están en esa posición tienen que enfrentar retos que una familia convencional no conoce. Es indudable que también existen papás solos, pero estadísticas muestran que, en su mayoría, es sobre las mujeres que cae la responsabilidad de criar a los hijos.
Si este es tu caso, permíteme darte una palabra de aliento. Tengo personas muy cercanas a mí y a quienes quiero mucho que se encuentran precisamente en tu situación, y aunque no puedo entender en carne propia lo que se siente como mujer, sí conozco los retos y dificultades como hija.
Puede ser que estés sola, pero no deberías sentirte solitaria.
Creo firmemente que cuentas con el amor de un Dios que te conoce y escucha, y que prometió suplir tus necesidades. Y la manera en la que muchas veces lo hace es a través de otras personas.
Aunque a veces sientas que no hay esperanza, siempre existe alguien a tu alrededor que puede darte una mano; pero si no conocen la situación por la que estás pasando, no hay manera que te brinden la ayuda que necesitas.
Debes integrarte a tu comunidad, formar parte de un grupo de apoyo y encontrar en amigos la familia que tal vez te hace falta.
Recuerda, además, que tienes en tus manos la gran responsabilidad de formar la vida de tus hijos e inspirarlos con tu ejemplo. No es fácil, pero no es imposible. Yo me crié en un hogar sin padre, y gracias a Dios mira hasta dónde he llegado.
Y si por otra parte tú tienes la posibilidad de brindar ayuda, ya sea a alguna mamá sola en tu comunidad o a cualquier otra persona que lo necesite, recuerda que el primer paso en el camino de ayudar a otros es aprender a entenderlos. Si decides ejercer empatía ante las circunstancias de otros, verás cómo la compasión se despierta en el corazón, aunque tal vez no llegues a comprender la magnitud de su situación o el porqué de sus decisiones o reacciones.
Si nos diéramos el tiempo de conocer y entender, tal vez no seríamos tan rápidos en juzgar y podríamos ser más sensibles a la necesidad que nos rodea. Pero asegúrate que tu deseo de ayudar no se quede simplemente en una buena intención.
Por:
Milenka Peña
www.milenka.org
Una de las situaciones por las que tengo un afecto especial, es el de las mamás solas. No me gusta utilizar el término de «madres solteras» pues creo que para muchos lleva una connotación negativa. Puede que en efecto algunas de ellas nunca contrajeron matrimonio, pero en muchos casos son mujeres que quedaron solas debido al abandono, separación, divorcio, maltrato, viudez o decenas de otros motivos.
Lo cierto es que, sin importar la razón, mujeres que están en esa posición tienen que enfrentar retos que una familia convencional no conoce. Es indudable que también existen papás solos, pero estadísticas muestran que, en su mayoría, es sobre las mujeres que cae la responsabilidad de criar a los hijos.
Si este es tu caso, permíteme darte una palabra de aliento. Tengo personas muy cercanas a mí y a quienes quiero mucho que se encuentran precisamente en tu situación, y aunque no puedo entender en carne propia lo que se siente como mujer, sí conozco los retos y dificultades como hija.
Puede ser que estés sola, pero no deberías sentirte solitaria.
Creo firmemente que cuentas con el amor de un Dios que te conoce y escucha, y que prometió suplir tus necesidades. Y la manera en la que muchas veces lo hace es a través de otras personas.
Aunque a veces sientas que no hay esperanza, siempre existe alguien a tu alrededor que puede darte una mano; pero si no conocen la situación por la que estás pasando, no hay manera que te brinden la ayuda que necesitas.
Debes integrarte a tu comunidad, formar parte de un grupo de apoyo y encontrar en amigos la familia que tal vez te hace falta.
Recuerda, además, que tienes en tus manos la gran responsabilidad de formar la vida de tus hijos e inspirarlos con tu ejemplo. No es fácil, pero no es imposible. Yo me crié en un hogar sin padre, y gracias a Dios mira hasta dónde he llegado.
Y si por otra parte tú tienes la posibilidad de brindar ayuda, ya sea a alguna mamá sola en tu comunidad o a cualquier otra persona que lo necesite, recuerda que el primer paso en el camino de ayudar a otros es aprender a entenderlos. Si decides ejercer empatía ante las circunstancias de otros, verás cómo la compasión se despierta en el corazón, aunque tal vez no llegues a comprender la magnitud de su situación o el porqué de sus decisiones o reacciones.
Si nos diéramos el tiempo de conocer y entender, tal vez no seríamos tan rápidos en juzgar y podríamos ser más sensibles a la necesidad que nos rodea. Pero asegúrate que tu deseo de ayudar no se quede simplemente en una buena intención.
¿Puedes nombrar algunas cosas prácticas con las que se podría ayudar a una mamá sola? Y recuerda que no siempre tiene que ser algo material…