El peor error que un líder comete trabajando en equipo y cómo solucionarlo
Por:
Milenka Peña
www.milenka.org
En un artículo anterior te hablé de los cuatro tipos de personas que generalmente forman parte de un equipo. En resumen:
a) Baja voluntad y baja habilidad: Los que no quieren ni pueden
b) Alta voluntad y baja habilidad: Los que quieren pero no pueden
c) Baja voluntad y alta habilidad: Los que no quieren pero sí pueden
d) Alta voluntad y alta habilidad: Los que sí quieren y sí pueden
En muchas ocasiones, personas en áreas de influencia cometen el gran error de «cortar a todos con la misma tijera»; es decir, tienen el mismo estilo de liderazgo para todos los miembros del equipo bajo su cuidado. O peor aún, utilizan equivocadamente estos estilos.
Piensa: si un individuo competente con clara trayectoria profesional es tratado como un novato por su jefe, haciendo que se sienta vigilado o cuestionado en cada decisión, o corregido constantemente, tarde o temprano va a perder el entusiasmo y dejar el equipo, o va a seguir trabajando por obligación, pero sin motivación ni resultados. O por el contrario, si a una persona con poca experiencia se le confía una responsabilidad crítica, podría poner en peligro el desarrollo y éxito final del proyecto.
De manera práctica, esto es lo puedes hacer para lidiar con cada tipo de personalidad:
1. Los que no quieren ni pueden necesitan dirección.
El líder debe explicar con instrucciones específicas y directas qué hay que hacer y cómo hacerlo, ayudar personalmente en las asignaciones, y supervisar constantemente el desarrollo del trabajo.
2. Los que sí quieren pero no pueden necesitan orientación.
El líder debe entrenar y equipar, convertirse en un «coach». Se dan instrucciones, pero se invita a expresar ideas y se anima al trabajo independiente.
3. Los que no quieren pero sí pueden necesitan motivación.
El líder debe enfocarse más en la relación que en la dirección. Debe «vender» la idea para lograr que sea aceptada y apoyada. Dar lugar a la participación, y tratar de poner en práctica las sugerencias recibidas.
4. Los que quieren y pueden necesitan confianza.
El líder debe delegar y pasar la responsabilidad de la tarea asignada. Monitorea el progreso ocasionalmente pero no se involucra en decisiones menores. Demuestra confianza en la habilidad y competencia del miembro del equipo.
Si aprendes y aplicas consistentemente estas sugerencias, te aseguro que vas a ver una gran diferencia.
El desafío de un líder apasionante, sea cual fuere su círculo de influencia, radica en determinar en qué posición se encuentra cada miembro de su equipo, y actuar individualmente de la manera apropiada. Puede que en un inicio no sea fácil y tome tiempo, pero los resultados van a ser evidentes. Imagina la satisfacción que vas a sentir cuando se cumpla el objetivo principal: conseguir que todos se transformen en personas que «sí quieren y sí pueden».
Tu influencia puede cambiar su futuro.
Por:
Milenka Peña
www.milenka.org
En un artículo anterior te hablé de los cuatro tipos de personas que generalmente forman parte de un equipo. En resumen:
a) Baja voluntad y baja habilidad: Los que no quieren ni pueden
b) Alta voluntad y baja habilidad: Los que quieren pero no pueden
c) Baja voluntad y alta habilidad: Los que no quieren pero sí pueden
d) Alta voluntad y alta habilidad: Los que sí quieren y sí pueden
En muchas ocasiones, personas en áreas de influencia cometen el gran error de «cortar a todos con la misma tijera»; es decir, tienen el mismo estilo de liderazgo para todos los miembros del equipo bajo su cuidado. O peor aún, utilizan equivocadamente estos estilos.
Piensa: si un individuo competente con clara trayectoria profesional es tratado como un novato por su jefe, haciendo que se sienta vigilado o cuestionado en cada decisión, o corregido constantemente, tarde o temprano va a perder el entusiasmo y dejar el equipo, o va a seguir trabajando por obligación, pero sin motivación ni resultados. O por el contrario, si a una persona con poca experiencia se le confía una responsabilidad crítica, podría poner en peligro el desarrollo y éxito final del proyecto.
De manera práctica, esto es lo puedes hacer para lidiar con cada tipo de personalidad:
1. Los que no quieren ni pueden necesitan dirección.
El líder debe explicar con instrucciones específicas y directas qué hay que hacer y cómo hacerlo, ayudar personalmente en las asignaciones, y supervisar constantemente el desarrollo del trabajo.
2. Los que sí quieren pero no pueden necesitan orientación.
El líder debe entrenar y equipar, convertirse en un «coach». Se dan instrucciones, pero se invita a expresar ideas y se anima al trabajo independiente.
3. Los que no quieren pero sí pueden necesitan motivación.
El líder debe enfocarse más en la relación que en la dirección. Debe «vender» la idea para lograr que sea aceptada y apoyada. Dar lugar a la participación, y tratar de poner en práctica las sugerencias recibidas.
4. Los que quieren y pueden necesitan confianza.
El líder debe delegar y pasar la responsabilidad de la tarea asignada. Monitorea el progreso ocasionalmente pero no se involucra en decisiones menores. Demuestra confianza en la habilidad y competencia del miembro del equipo.
Si aprendes y aplicas consistentemente estas sugerencias, te aseguro que vas a ver una gran diferencia.
El desafío de un líder apasionante, sea cual fuere su círculo de influencia, radica en determinar en qué posición se encuentra cada miembro de su equipo, y actuar individualmente de la manera apropiada. Puede que en un inicio no sea fácil y tome tiempo, pero los resultados van a ser evidentes. Imagina la satisfacción que vas a sentir cuando se cumpla el objetivo principal: conseguir que todos se transformen en personas que «sí quieren y sí pueden».
Tu influencia puede cambiar su futuro.